Sunday, September 28, 2008

Lo aprendido



La vida tiene planes para cada uno de nosotros, algunos mucho más validos de los que uno mismo podría justificar. El que planifica pierde la mitad de la experiencia -y la mayoría de las células mentales- mortificándose porque los planes concuerden con una idea estúpida de perfección. El cambio es bueno siempre, aun cuando no lo parezca.

Lo que dicen los demás –de ti o de otros- es solo una versión personal, construída de opiniones que en nada se relacionan a la realidad de nuestras vidas. Son ideas abstractas, sin validez fundamental, sin substancia, nacidas de la curiosidad más intrínsica, de la necesidad humana de juzgar aquello que escapa nuestra comprensión. Por esto, pecamos todos. Cuando de opiniones se trata, es siempre más divertido verlas caer y observar como destruyen a su autor, que perseguir fantasmas.

El mundo gira sin cesar, sin condiciones, sin excusas. Aunque sucesos en la cadena cronológica de nuestras vidas nos hagan pensar que el tiempo ha cesado de existir, la cronología continúa. En el universo no existen los hipos ni las comas. Universalmente hablando, todos cargamos el mismo valor.

Mientras corremos en contra del tiempo, jugando al juego de alcanzar, los días continuaran teniendo solo 24 horas de principio a fin.

El crecimiento de un niño –física, espiritual, y mentalmente hablando- jamás se podrá medir en pulgadas, alabanzas, ni tiempo. Así como el infinito, es completamente intangible.

El amor es gracia de Dios. El matrimonio, convenio nacido de la creatividad del hombre. El uno de naturaleza ideológica, el otro más práctico y mundano. La unión de ambos en cuasi-armonía despunta una desgracia utópica que deja en plena desnudez nuestra obsesión por poseer aquello que nunca tendrá dueño. Mejor vivimos los que damos gracias por la discordia matutina, que los que viven intentando de tapar lo obvio.

La riqueza física conlleva mucho trabajo, sudor, y un nivel irracional de dedicación. La riqueza mental requiere mucha dedicación, sudor, y un nivel irracional de trabajo. Yo prefiero trabajar irracionalmente.

Es más conveniente mantener al conocido en el horizonte y al enemigo a dos pasos. Sin importar la razón, la lealtad de un conocido jamás se comparará a la honestidad de un enemigo.

A medida que pasan los años, la juventud se hace más vieja ¿Te acuerdas cuando tener 30 años era ser viejo?

Si no te gusta el trabajo – déjalo. Si te desagrada tu pareja – sal por la puerta. Si no te place tu hogar –véndelo y vete. La vida es demasiado larga para vivir en angustia, y demasiado corta para no vivirla en plena felicidad.

Wednesday, November 21, 2007

De visita...

Hace calor... mucho calor. El trafico no cede para nadie... o nada. Los dias van pasando y, entre el millar de diligencias que hacer, gente que ver, lugares que visitar, no ha habido tiempo para parar y reflexionar... y dar gracias a Dios porque estamos en

PUERTO RICO!




Tuesday, April 24, 2007

Será que ya se acerca el fin?



Ayer un hombre entró a la oficina de arrendamiento del complejo de apartamentos donde vivía en Houston y, con una sonrisa macabra y tras enviar a sus allegados -por correo electrónico- su propio obituario, abrió fuego contra la mujer que manejaba el complejo. ¿Por qué? Porque, tras no haber mantenido su renta al día y haber causado problemas a sus vecinos, el complejo hacía trámites desde el jueves para deshauciarlo. En la redada también cayó su vecino. Sin pensarlo dos veces, abrió fuego frente a la puerta de su vecino, a quien una de las balas alcanzó en el pecho. Así, de un tirón al gatillo, acabó con su 'problema'. Tras la balacera, pistola apuntada a la cabeza, el tipo termió con su vida.

La semana pasada, un contratista tomó de rehén a dos persona en el Johnson Space Center de NASA, en Houston. El contratista, un hombre de pelo blanco y algunos 60 años, jamás se asemejaría al perfíl de asesino que la mayoría de la población cargamos en nuestra mente. Encerrados en el salón de conferencia del que había sido su lugar de empleo, el jefe del don y una empleada, con sus vidas en las manos de un demente, perdieron su derecho a la libertad por cuatro horas. La policía, como esperando una invitación grabada en oro, mantuvo vigilia en las afueras del edificio. En un instante casi interminable, la vida del jefe fue ultimada y el abuelito -pistola en mano- terminó con su propia vida. ¿Por qué? Porque su jefe hacia trámites para despedirlo.

Hace dos semanas, una empleada de una oficina médica en Houston incendió la oficina donde trabajaba. En un abrir y cerrar de ojos, el fuego salió de sus manos, tragándose la oficina y varias otras aledañas. Tres de sus colegas no llegaron a sus casas esa noche. Personas trabajadoras, que nada tenían que ver con los problemas de esta mujer desquiciada, nunca volvieron a ver la luz, a abrazar a sus hijos, a besar a los que amaban. ¿Por qué? Porque ésta mujer vaga y desquiciada no había cumplido con su labor diaria y temía ser despedida. Su falta de lucidez la llevo a pensar que, con el fuego, podría quemar la evidencia de su vagancia y mantener su trabajo.

Hace varias semanas, las autopistas de ésta ciudad añadieron un problema más a la larga lista de los que ya existen. No solo manejan los tejanos a mil millas por hora en carreteras de dos carriles, pero se la pasan de carril en carril, dejando solo un pequeñísimo espacio entre su auto y el del frente. Si a esto le añadimos el llamado "road rage", cada vez que un conductor sube al volante podría caer víctima de un asesino. Si no lo creen posible, pues basta con preguntarle a la mujer que presenció la muerte de su enamorado mientras paseaban en su auto nuevo un domingo. ¿Por qué? Por que a éste se le ocurrió tocarle bocina al tipo de la pick-up que venía 'volando bajito' para evitar un posible accidente. Tras invadirle el carril, apenas rozando su auto, el demente en la pick-up abrió fuego contra el hombre y su novia, matándolo instantáneamente.

A veces pienso que estamos viviendo dentro de una película experimental de Quentin Tarantino. ¿O podría ser que el final está cerca? Es aparente que hemos llegado a un punto, previamente producto de una fábula fantasiosa, donde arremeteremos contra el vecino porque no nos gusta el color de su casa, o contra la oficinista del dentista por no haber saludado al paciente, o contra el payaso en la fiesta del nene porque lo hizo llorar en vez de reir, o contra el mesero por derramar el agua sobre la mesa. Dice Ares que, a pesar de todo esto, el prefiere vivir en estos tiempos a haber vivido en tiempos Romanos o medievales, donde poblaciones enteras morían a manos de colonizadores. Le argumenté que, para esa época, la mayoría de la violencia extrema se sucitaba entre naciones por tierra y expansiones de imperios. No era violencia anónima, sino mas bien producto de una agenda tangible, efímeramente tangible, pero tangible al fin. Ahora es hombre contra hombre. ¿Por que? ¿Por honor? ¿Por orgullo? ¿Por el deseo de fama, de notoriedad? ¿Por esa sed que tiene el hombre de sobresalir, de ser especial? Vivimos con la vida en la mano, a merced del otro, del que trabaja en el cubículo del lado, del que corta la grama, del que reparte el periódico, del que te saluda en el asensor a diario, del estudiante que no gusta de su maestro(a), del que dirige la misa los domingos, del que espera a que cambie la luz en el caro del lado, del que no puede lidiar con el estress de otra forma que deshagorlo sobre quienes no tienen culpa.

Nos asomamos al portal de algo que -pronto- ya no podremos combatir... y lloro por el mundo en que dejo a mis hijos.