Wednesday, December 06, 2006

Cosas que nunca pense posible...




10. Cagadas masivas durante la noche. Anoche, mi hijo se cago y apesto la casa entera. Nunca pense posible tal hazaña, especialmente porque no desperto durante ni despues. Estamos en negociaciones con Guiness para entrarlo en el libro de records por su habilidad de producir la cagada mas apestosa en la historia. Si, gente, tuve que sacar el Glade y rocear la casa - COMPLETA!

9. Que la desnudez todavia es tabu. Me entere de que hay personas quejandose por las nuevas maquinas de rayos x en los aeropuertos porque el agente de seguridad podra ver los genitales de los pasajeros. HELLOOOOOO!!! Se llama seguridad. Ademas, el agente seguramente ya ha visto lo que tu tienes y no le hara gracia. Y de veras, estas criticas tendrian mas validez si no viniesen de las mismas personas que no lo piensan dos veces para levantarse la blusa y enseñarle las tetas al mundo entero a cambio de un collar plastico.

8. El poncho como simbolo del hispano. Espero que este año mis suegros escuchen mis suplicas de que no quiero/necesito absolutamente nada para navidad. Todavia no se que hacer con el poncho - si poncho - que me regalaron el año pasado y por el que me han preguntado tantas veces. Me pregunto si a mi suegro le gustaria que le regalaran una bata china o unas chancletas de madera.

7. El banco me paga a mi. Llame al banco porque hice un deposito en las cuentas de mis hijos con un cheque personal y el teller lo marco como un deposito a mi cuenta de cheques. Hable con el teller, no encontro el error. Hable con el Manager, tampoco encontro nada erroneo. Tengo $40.00 extra en el banco que no me pertenecen. Feliz navidad cortesia del banco.

6. Que una libra de cafe costara mas que una libra de salmon fresco. El domingo, mi esposo pago $13.95 por una libra de cafe Yaucono y $4.99 por una libra de salmon en el supermercado mega caro que esta al lado de mi casa. Si, Yaucono, el mismo que se compra en Puerto Rico por $4.00 la libra. Voy a llamar a Yaucono para ver si me dejan poner un kiosko de cafe en el parking porque, a $13.95 la libra, vale la pena dejar este monton de trabajo para vender cafe.

5. Que exista la posibilidad de que mi esposo trabaje en television. Ares es un avido chef. Es de esos que todo lo preparan de scratch y que pueden estar el dia completo en la cocina. Desde su famosa salsa de espaghetti, su arroz chino con pollo y camarones, hasta la forma en que prepara platos de cabrito y rabo de toro, sus recetas son deliciosas! En octubre envio su solicitud -con todo y video- para formar parte del season nuevo del show del Food Network: The Next Food Network Star. Me encantaria ver su sueño hecho realidad.

4. Que mis padres son parte de un grupo musical. Sin relajos. Todo comenzo en la iglesia. De cantar y tocar musica en las misas de domingo, pasaron a ser la atraccion principal durante las misas de aguinaldo y navidad. Buenos, bonitos y baratos, ahora los contratan para tocar en bautismos, bodas, recepciones, cumpleaños, fiestas de navidad... y cualquier otra actividad que se les presente.

3. Que la fiebre alta causa convulsiones. Hace unas semanas, Ares y yo planificamos dejar a los chicos en casa de mi suegra para asi disfrutar de una noche juntos. Quince minutos tras comenzar nuestra velada, mi suegra nos llama histerica. Se llevan a mi hijo para el hospital en estado catatonico y convulsionando. No me acuerdo como llegue al hospital, pero alli estaba mi angel, desnudito, con la mirada en blanco, sudando, sus labios secos y una fiebre de 105 grados. Nos informa el medico que las convulsiones son muy comunes cuando a los niños menores de 3 años les da fiebre alta y en un tiempo corto.

2. Que el sales tax haya brincado el charco. Porque ahora, cuando visite la isla, no podre usar la excusa del 'tax free shopping' para irme de compras. Sea la madre del Taxacoñis Puertorricensis.

1. Que una estrella del porn pueda ser maestra. Una mujer que se dedico -por años- a trabajar en peliculas increiblemente explicitas ahora trabaja como maestra de escuela superior. El departamento de educacion se entero cuando las peliculas comenzaron a circular entre los estudiantes. Su excusa por haber hecho las peliculas? Que ella es bipolar y no tenia sus medicamentos!

Thursday, November 02, 2006

El arbol y la manzanita...



Dicen que la manzana nunca cae muy lejos del arbol... La foto de la derecha fue tomada en julio de este año. Ese es mi adorado Eros embarrandose de bizcocho mientras celebrabamos su primer cumpleaños.








La foto a la izquierda fue tomada en junio del 1976. Esa soy yo, celebrando mi primer cumpleaños. Esa manzanita como que cayo a los pies del arbol, no creen?

Tic Toc Tic Toc


Me estoy ahogando en nada. Cada dia es igual, nada cambia. Vivo en la película Groundhog Day… pero sin Punxsutawney Phil ni la increíble melena de Andie McDowell.

Me levanto a las 6:30am para darle de comer a Armonía. Despierto a Eros para que tome su desayuno. Les cambio los pañales. Me baño y con el agua caliente intento lavar los recuerdos de las pesadillas de hace unas horas. Salgo de la ducha, mas cansada que antes, con el cuerpo casi en llagas por el agua tan caliente. Sin embargo, mi alma sigue fria. “Que me pongo hoy que estare aquí todo el dia?” Me llevo a Eros a la sala para que vea Plaza Sesamo. Armonía duerme como un angel. Ares ha estado trabajando desde hace una hora ya, le preparo café – “Would you like some breakfast?”- y echo una tanda de ropa a la lavadora. Entro a la oficina y prendo la computadora. En mi email, mensajes de personas ajenas, buscando solucion a sus problemas. Cojo el telefono y llamo. Problemas resueltos, por ahora. Me levanto a atender a Armonía que llora sin consuelo mientras Eros le quita su frisa. Le preparo una ensalada de frutas a Eros. Come. Jugamos, bailamos y contamos los deditos de los pies. Me levanto a trabajar otra vez. Eros llora, pero tengo que dejarlo en total desconsuelo para poder trabajar. Veo como juega solito en la sala y se me parte el alma en pedazos… lloro en silencio sin que Ares me vea. Ya son las 11 de la mañana, no he terminado mis llamadas y casi se me olvida echar la ropa a secar.

Me levanto. “What do you want for lunch?” Nada, que bueno, porque no tengo tiempo anyway. “Eros, vamos a comer, mi corazon” El chico corre hacia mi y se aferra a mis piernas. Saco su silla, lo siento, pero el se pone de pie y lo agarro en el aire entre la silla y el piso. Le preparo su comida, echandola con cuidado en su platito, su vasito de leche esta sobre la mesa. Nos sentamos a comer. Eros me mira, me habla como si fuese grande. Se queja, lo se, de que lo ignoro y no puedo hacer nada. Algun dia entendera que Mama tiene que trabajar para que haya comida en la mesa. Ares se fue y ni cuenta me di. Ya casi ni hablamos. El trabaja constantemente y yo, entre la casa, el trabajo y los niños, ya casi no me acuerdo de mi propio nombre. La relacion sufre, la intimidad ya casi ni existe, resiento su ausencia fisica y emocional, y a veces pienso que estaria mejor sola. Ya casi ni lo miro a los ojos. Eros se come la ultima cucharadita de comida y aplaudimos entre risas. Me sonrie picaramente y yo le doy un beso en la frente. Pobre frente que todavía no ha cicatrizado. Maldita sea el gabinete de mierda con el que te diste! El telefono suena y me llega un fax. "Donde estan esos papeles?" Armonia llora. No puedo creer que tenga hambre otra vez. “Ven, Nana de mi vida, vamos a comer.” Se toma su leche en tiempo record mas el cereal que le prepare. Me los llevo, uno a uno, al cuarto y les cambio sus pañales. Eros regresa a la sala, y Armonia a su columpio.

Regreso a mi escitorio. “Santo Dios, ya son las 2pm! A donde se fue mi dia? Donde puse el fax?” Contesto los mensajes en m inbox, leo otra vez el fax y escucho los mensajes del telefono. “Ay, mas dichosos forwards! Que si mala suerte aquí, que si mala suerte alla. Todavía estoy esperando los $5 millones que me ofrecio el forward del mes pasado.” Estos son religiosos y por respeto, los deje en mi inbox. Tengo mucho que preguntarle a Dios, pero por ahora callo y lloro cuando el alma me pesa. Eros duerme, por fin, pero Armonia llora del cansancio por estar tanto tiempo en el columpio. La llevo a su cuna. Suena el telefono, es un cliente – otra vez. “Ay, la ropa!” Salgo corriendo a buscarla, la doblo pieza por pieza, echo otra tanda y me acuerdo que tengo que fregar y empezar a prepara la cena. “Cena?? Si todavía no he tenido tiempo para desayunar!”

Son ya las 6 y Ares todavía no llega. Eros se levanta llorando. El telefono suena. “Voy ahora, mi vida, te estoy preparando la cena, pero vamos a cambiarte el pañal antes de comer.” Armonia me sonrie desde su cuna. "No, tomorrow is not a good day for a meeting, how about Monday?" Se me fue la baby sitter, asi que me jodi cuando tenga reuniones si Ares no esta aqui. Vuelvo a la cocina y termino con la cena de Eros. Nos sentamos a comer entre canciones y risas. “Ya puedes jugar, mi corazon.” Sale corriendo a buscar sus libros, y me entrega uno. Se me aguan lo ojos. Le encantan los libros, y hoy no he tenido el tiempo para sentarme a leerle. Le doy un beso y le prometo leer mas tarde. Armonia llora otra vez. La pobre, hoy no he compartido con ella ni un segundo. Le preparo su leche, la tomo en brazos, le beso su frente y le doy de comer. “Estas tan grande, mi chiquilla. Como puede ser que ya tengas 5 meses, cuando aun no puedo creer que estuve embarazada por segunda vez? Te amo.”

Eros juega con los botones del televisor. Prende y apaga, prende y apaga. “Me estas volviendo loca, chico. Ven, vamos a bañarte!” Se me queda mirando y me sigue hasta el cuarto. Vamos los tres en caravana para la ducha. Eros juega con el agua, tirando las letras de foam y encharcando el baño. “Chico, no hagas eso!”. Lavamos las manitas, los piecitos, el fundi, las orejitas y el pelo. “vamos que ya estas oloroso.” Lo visto y lo pongo en su cuna… a ver Sesame Street- again! Ahora le toca su turno a Armonia. La chica odia el agua y se trinca cada vez que la baño. “No te asustes, chulin, que yo no voy a dejar que te pase nada malo.” Me sonrie como si me entendiera. La baño, las manitas, los piecitos, el fundi, la orejitas y el pelo. La dejo sobre mi cama, viendo la tele con su hermano.

Salgo a la sala. “Que tremendo reguero! Que a nadie se le ocurra regalarles un juguete mas!” Recojo todo, limpio la silla de comer y la mesa. El piso necesita un vaccuum. Me acuerdo que todavia no he preparado la cena. Ya son las 7 y Ares no llega aun. Ya es tarde para ir a correr. Maldita sea la madre del Daylight Savings time!!!! Estoy exhausta y de mal humor. Eros toce. Espero no se acerque un catarro. Me baño otra vez para intentar quitarme el mal humor, pero no funciona. Me duele el cuerpo y mi alma me pesa. No he podido cumplir con todo lo que tenia que hacer hoy. Me visto nuevamente. Ares llega, son las 9pm. Todavía la cena no esta lista, en realidad ni la he empezado. Lo miro y me parece un extraño. Me habla y no escucho porque no me interesa lo que cae de sus labios. Tengo sed, sed de aquel hombre que me enamoro hace pocos años atrás. Prendo las ollas y regreso al cuarto para leer con Eros, pero ya esta dormido. Le acaricio su pelo y le pido perdon. Regreso a la cocina y termino la cena. Ya es muy tarde para comer. Me preparo una taza de te y me retiro a la oficina.

Me siento a trabajar. No me puedo concentrar. Ya son casi las 12:30am. Por fin empiezo a tachar varias lineas en mi lista de cosas que hacer. Las 2am y todavía no acabo. En cuatro horas, Armonia se levantara con hambre otra vez. Son las 3 am y el cuerpo ya no me aguanta. Me voy a la cama vacia y fria. Lloro por la vida que deje atrás, por mi carrera a la cual abandone al quedar embarazada, por el amor de mi vida a quien ya ni reconozco, por el negocio de mierda este que me ha quitado el tiempo con mi familia y le pido a Dios la fuerza para comenzar de nuevo esta rutina infernal en 3 horas.

Sunday, September 03, 2006

La batalla de David y Goliat

La gordura es mi Goliat. Hace unos años atrás, alguien tuvo el atrevimiento de decirme: “Es una pena que seas tan gordita, porque tienes una cara preciosa.” Y bien si todo el mundo sabe que las palabras no matan, a mi éstas me cortaron por la mitad. Desde bien pequeña, siempre fui más ‘grandecita’ que mis compañeros escolares. Para ser sincera, pesando 183 libras a mis 14 años, yo siempre fui *significativamente* más grandecita que el resto, algo que le dio la oportunidad a muchos de convertirme en la mofa diaria, y a la misma vez hacer pedazos mi autoestima.

Al graduarme de escuela superior, bajé de peso. No sé de donde salió el empuje, pero lo logré. Me tomó tres meses de horas largas en el gimnasio, innumerables viajes al parque central, cientos de vueltas a la piscina y una dieta de pececito para bajar 45 libras. Por muchos años –casi diez- pude mantenerme, pero todo cambió cuando me casé por primera vez. Dos años más tarde, y un divorcio que duro casi una eternidad, las libras empezaron a darse la vueltita hasta tomar refugio en mi trasero. Maldita sea la hora en que di gracias por mi trasero, porque ahora llevaba la carga de dos… quince libras en cada nalga. Tras despojarme del paquete de mi ex-marido- una pena que no pude quitarme su peso en libras- pude también despojarme de 20 libras con la dieta magnífica del Dr.Atkins. Es un verdadero milagro porque yo no como carnes rojas ni cerdo, así que estuve tres meses a pollo, pavo y pescado. Cuando Ares llegó a mi vida, encontré que uno de sus pasatiempos favoritos era cocinar, así que me despedí del Dr. Atkins, y las 20 libras regresaron… acompañadas de una cuantas más.

Poco después de conocer a Ares, recibimos la noticia de que Eros venía de camino. Casi se me cae la cara de vergüenza cuando el médico me pesó por primera vez a mis 6 semanas de embarazo, y la báscula marcó 182 libras. Todo cambió en ese momento, me visualicé vagueando por la casa, viviendo eternamente en ‘sweat pants’ y camisetas, porque pensé que si llegaba a las 200 libras al final de mi embarazo, nunca podría tener el ánimo de pelear otra batalla contra este gigante malvado. Con mucho cuidado solo engordé 14 libras, y justo cuando logré deshacerme de éstas, nos enteramos de que ya venía de camino nuestra bella Armonía… y con ella doce libras más.

Ahora tengo la hormiguita por dentro otra vez… o quizás ya me cansé de no poder respirar profundamente cuando subo las escaleras… o quizás ya me disgusta el reflejo en el espejo… o quizás es el saber que mi enorme trasero ya no cabe en tres cuartas partes de la ropa en mi armario. Cualquiera que sea la razón, es siempre bienvenida. Ya he bajado las doce de mi segundo embarazo… y diez más. He dejado los dulces, los carbohidratos, y hoy comencé mi rutina de ejercicios. Espero esta vez poder aniquilar a mi Goliat. Aunque se muy bien que mi batalla será eterna, siento que este capitulo es mío para escribir.

Nadie ni nada podrá detenerme, quien único se interpone entre mis metas y yo… soy yo.