Thursday, February 08, 2007

Payaseando...


Me he dado cuenta de que, desde que estoy con Ares, mi nivel de madurez ha bajado considerablemente. No es que esté apuntando el dedo en su dirección para justificar mi aparente demencia, pero sí tengo que decir que por culpa de su actitud libre y picara, la niña traviesa que habita en mí ahora posee libre albedrío. No tengo ya cuenta de cuantas maldades y travesuras le he hecho a mi marido, pero aquí van algunas:

Le pinté las uñas de las manos –y los pies- de rosa fluorescente. Tras una noche de jelengue, Ares llegó a casa completamente borracho. Tan borracho que se enfermó, algo sumamente raro porque ese chinito se puede beber el Nilo y permanecer completamente operacional. Yo, aprovechándome de su estado, me tomé la libertad de pintarle las uñas sin darme cuenta de que no tenìa acetona. Al día siguiente tuvo que ir a la farmacia, con todo y sus uñas color de rosa, a comprar acetona. Me cuenta que la cajera lo miró de reojo, a lo que Ares reaccionó con: "Ay, es que me equivoqué de color."

Le hice gritar como una niñita de escuela primaria. Una vez, en conversación, discutíamos sobre los hábitos del hombre latino, especialmente de los que se consideran los ‘más macho’. Le contaba a Ares que nunca me había atraído ese tipo de hombre, a lo que me contestó: "De que estas hablando, si yo soy un hombre macho? Bien macho. Increíblemente macho. Tan macho que la testosterona se me sale por los poros". Dejé ir el tema. Horas mas tarde, sabiendo que las cucarachas lo aterran y en una actuación que hace de Meryl Streep una ‘amateur’, apunté horrorizada a sus pies y chillé: “¡¡¡Cucaracha, cucaracha, tienes una cucaracha en el pantalón!!!!!” Ares, con terror, brincó dos pies del suelo, gritó, y salió corriendo como puta en medio de una redada. Entre risas le cuestioné: “¿Macho, eh?”

Me burlé de sus avances sexuales. Hace un mes, Ares salió del baño completamente desnudo. Acercándose a mi, que ya estaba acurrucadita en la cama, y meneando la colita me dice: “Chequéate a este Chinky sexy. Yo se que me deseas.” No tuve más remedio que tragarme las carcajadas. Le propuse que, como hacía tiempo que no ponía mi talento artístico en práctica, me dejara dibujarlo desnudo. Entendiendo que esto sería una forma innovadora de ‘foreplay’, accedió a mi propuesta. Al cabo de casi una hora en posiciones absurdas e incómodas, y entre regaños cada vez que se movía, decidí finalmente terminar mi ‘obra’. La firmé, la titulé y se la presenté. En el papel un dibujo de su sexo, envuelto en una capa de superhéroe volador titulado: ‘Jorgito Batata y sus nueces mágicas’.


Mi pobre Ares, es tan noble que no se desquita... todavia.