Wednesday, November 21, 2007

De visita...

Hace calor... mucho calor. El trafico no cede para nadie... o nada. Los dias van pasando y, entre el millar de diligencias que hacer, gente que ver, lugares que visitar, no ha habido tiempo para parar y reflexionar... y dar gracias a Dios porque estamos en

PUERTO RICO!




Tuesday, April 24, 2007

Será que ya se acerca el fin?



Ayer un hombre entró a la oficina de arrendamiento del complejo de apartamentos donde vivía en Houston y, con una sonrisa macabra y tras enviar a sus allegados -por correo electrónico- su propio obituario, abrió fuego contra la mujer que manejaba el complejo. ¿Por qué? Porque, tras no haber mantenido su renta al día y haber causado problemas a sus vecinos, el complejo hacía trámites desde el jueves para deshauciarlo. En la redada también cayó su vecino. Sin pensarlo dos veces, abrió fuego frente a la puerta de su vecino, a quien una de las balas alcanzó en el pecho. Así, de un tirón al gatillo, acabó con su 'problema'. Tras la balacera, pistola apuntada a la cabeza, el tipo termió con su vida.

La semana pasada, un contratista tomó de rehén a dos persona en el Johnson Space Center de NASA, en Houston. El contratista, un hombre de pelo blanco y algunos 60 años, jamás se asemejaría al perfíl de asesino que la mayoría de la población cargamos en nuestra mente. Encerrados en el salón de conferencia del que había sido su lugar de empleo, el jefe del don y una empleada, con sus vidas en las manos de un demente, perdieron su derecho a la libertad por cuatro horas. La policía, como esperando una invitación grabada en oro, mantuvo vigilia en las afueras del edificio. En un instante casi interminable, la vida del jefe fue ultimada y el abuelito -pistola en mano- terminó con su propia vida. ¿Por qué? Porque su jefe hacia trámites para despedirlo.

Hace dos semanas, una empleada de una oficina médica en Houston incendió la oficina donde trabajaba. En un abrir y cerrar de ojos, el fuego salió de sus manos, tragándose la oficina y varias otras aledañas. Tres de sus colegas no llegaron a sus casas esa noche. Personas trabajadoras, que nada tenían que ver con los problemas de esta mujer desquiciada, nunca volvieron a ver la luz, a abrazar a sus hijos, a besar a los que amaban. ¿Por qué? Porque ésta mujer vaga y desquiciada no había cumplido con su labor diaria y temía ser despedida. Su falta de lucidez la llevo a pensar que, con el fuego, podría quemar la evidencia de su vagancia y mantener su trabajo.

Hace varias semanas, las autopistas de ésta ciudad añadieron un problema más a la larga lista de los que ya existen. No solo manejan los tejanos a mil millas por hora en carreteras de dos carriles, pero se la pasan de carril en carril, dejando solo un pequeñísimo espacio entre su auto y el del frente. Si a esto le añadimos el llamado "road rage", cada vez que un conductor sube al volante podría caer víctima de un asesino. Si no lo creen posible, pues basta con preguntarle a la mujer que presenció la muerte de su enamorado mientras paseaban en su auto nuevo un domingo. ¿Por qué? Por que a éste se le ocurrió tocarle bocina al tipo de la pick-up que venía 'volando bajito' para evitar un posible accidente. Tras invadirle el carril, apenas rozando su auto, el demente en la pick-up abrió fuego contra el hombre y su novia, matándolo instantáneamente.

A veces pienso que estamos viviendo dentro de una película experimental de Quentin Tarantino. ¿O podría ser que el final está cerca? Es aparente que hemos llegado a un punto, previamente producto de una fábula fantasiosa, donde arremeteremos contra el vecino porque no nos gusta el color de su casa, o contra la oficinista del dentista por no haber saludado al paciente, o contra el payaso en la fiesta del nene porque lo hizo llorar en vez de reir, o contra el mesero por derramar el agua sobre la mesa. Dice Ares que, a pesar de todo esto, el prefiere vivir en estos tiempos a haber vivido en tiempos Romanos o medievales, donde poblaciones enteras morían a manos de colonizadores. Le argumenté que, para esa época, la mayoría de la violencia extrema se sucitaba entre naciones por tierra y expansiones de imperios. No era violencia anónima, sino mas bien producto de una agenda tangible, efímeramente tangible, pero tangible al fin. Ahora es hombre contra hombre. ¿Por que? ¿Por honor? ¿Por orgullo? ¿Por el deseo de fama, de notoriedad? ¿Por esa sed que tiene el hombre de sobresalir, de ser especial? Vivimos con la vida en la mano, a merced del otro, del que trabaja en el cubículo del lado, del que corta la grama, del que reparte el periódico, del que te saluda en el asensor a diario, del estudiante que no gusta de su maestro(a), del que dirige la misa los domingos, del que espera a que cambie la luz en el caro del lado, del que no puede lidiar con el estress de otra forma que deshagorlo sobre quienes no tienen culpa.

Nos asomamos al portal de algo que -pronto- ya no podremos combatir... y lloro por el mundo en que dejo a mis hijos.

Sunday, April 15, 2007

A correr se ha dicho

Mi vida es una carrera constante. Un caos total.

De mi hogar salgo a la hora mas absurda, en mi disfraz de profesional, taza de té en mano. Ya de camino a la autopista veo cientos de vacas en los pastizales todavía durmiendo: ‘Cabronas, si no fuera porque sé que terminarán en el plato de alguien la semana que viene, cubiertas en salsa de barbacoa, me moriría de envidia.” No, no soy mañanera. Nunca lo he sido. Y aunque me llena de felicidad ver el amanecer, prefiero hacerlo desde la comodidad de mi colchón.

Peleo con el tráfico por hora y media para recorrer las 34 millas que existen entre mi hogar y mi oficina. Auto tras auto, en filas, como hormigas. La gente se enfurece por que el del frente no se mueve. ¿Por que será que la gente se apura para llegar al trabajo, cuando los odian tanto? Paso por otro peaje. Me está costando un dineral este ir y venir, pero no me quejo, me pagan bien en mi nuevo empleo. ¡Y pensar que puedo ver nuestro viejo apartamento desde la ventana de mi oficina! Mi auto marca veinte millas por hora, pero el reloj va a ochenta. Debo llegar temprano para conseguir estacionamiento: “Hay días en que sería mas fácil canonizar a Pedro Roselló que conseguir estacionamiento.”

Durante el tapón, pienso en mis hijos. Los llamo, pero aun duermen. Ares me pregunta si me gusta el té que me preparó, pero no he podido probarlo aun. Me da miedo a que se me derrame sobre el ajuar nuevo en el que tuve que invertir para trabajar en el mundo corporativo americano. Me consta lo que la palabra ‘inversión’ implica. Sin embargo, en un mundo donde la imagen precede la inteligencia, un ajuar impecable es a veces la diferencia entre quienes tienen oportunidades de crecimiento y quienes se quedan atrás. Una inversión, punto.

Sigo conversando con Ares. Con mi nuevo ‘horario’, ya casi no tenemos tiempo para compartir. El intenta preparar a los chicos mientras conversa. Se escuchan los lloriqueos de mi hijo quien, al igual que su madre, no es mañanero. Mi hija canta y ríe. Me da pena que mis hijos ahora pasan sus días en casa de su abuela, pero algo me dice que cuente mis bendiciones. La alternativa nos costaría $400 por semana y mil dolores de cabeza descifrando quien podrá llegar a tiempo a recogerlos diariamente. Aun así, la hora y media de viaje para llevarlos y recogerlos significa que no llegaré a mi casa hasta después de las nueve de la noche. Y ésto solo si salgo de mi trabajo a las 5:30, algo que ha sucedido solo una vez. Este tren ya me ha costado casi diez libras.

Llego a mi oficina. Me gusta mi trabajo, por ende, las horas se me van volando. Existe una energía increíble y contagiosa. Mi jefa es boricua, graduada de la academia María Reina en San Juan; yo de otra escuela privada muy cerca a la de ella. ¿Qué pequeño es el mundo, no? Es también una de siete Partners, y la única mujer. Cuando me contrató me puso el nombre de ‘Mini Me’. Ella no lo sabe, pero es mi inspiración. Flotan comentarios en la oficina de mi excelente labor. Esto me ha ganado el respeto de mis superiores y la envidia de algunos de mis colegas. Con una sonrisa, mi jefe inmediato me dice: ‘Por fín, encontraron a álguien que sabe lo que está haciendo.” Es un hombre joven, a quien le gusta coquetear, pero se que lo dice con toda sinceridad. A quienes aun no conozco, ya me llaman por mi nombre. Hace dos semanas, me dieron la oportunidad de manejar a otro empleado y, hasta hoy, he podido delegar el trabajo exitosamente. Las invitaciones sociales de quienes dirigen la compañía, no se han hecho esperar, y las oportunidades profesionales que se presentaron en tales eventos no solo me incluyeron a mi, pero también a Ares en su capacidad de negociante. Tengo nombre, reconocimiento, y sobre mi escritorio, fotos de quienes me impulsan a diario a dar lo mejor de mi.

Y, sí, la carrera me deja exhausta cuando llega el viernes. Mi casa, en total caos, parece que fue invadida por un tornado. Ahora lo que hacía a diario; las tareas del hogar, los pañales y las canciones de Sesame Street, son cosas que llenan mis fines de semana. Tengo cajas y cajas en el garaje que todavía no se han abierto. La casa está sucia y a medio pintar. La grama crece, los carros no se han lavado, y no se ni dónde se esconden mis gatos ya. Quien me conoce sabe lo irritante que este caos es para mi, pero la felicidad de saber que puedo proveerle a mis hijos un mejor futuro, vale cualquier sacrificio.

Wednesday, March 14, 2007

Buscando el punto medio


Cuando Ares y yo nos conocimos, yo acababa de salir de un divorcio y de renunciar a mi empleo en una firma de arquitectos. En menos de tres meses, me había quitado de encima 6 pies- 2 pulgadas y 200 libras de hombre vago, junto a la desgracia de haberme casado con alguien que valoraba su vida proporcionalmente a lo que tenía en el banco. De un fajazo, renuncié a la casota en el suburbio adinerado, todo lo que quedaba en el banco y el Mercedes Benz. Total, nada de esto lo había tenido antes, y en el poco tiempo que lo tuve, no daba abasto para reemplazar el amor que faltaba en esa relación. También dejé aquel trabajo, y la jefa que siempre me buscaba para hablarme de sus carteras de diseñador, sus viajes semanales al Caribe y los múltiples diamantes que llevaba encima a diario. Me ahogaba en tanta falsedad y tanta desilusi
ón.

Pocas semanas mas tarde –borrón y cuenta nueva- ya tenía un trabajazo, apartamento y carro nuevo. Todo pagado por mí, sin buscar ayuda de nadie para nada. Todo marchaba bien, y me levantaba poco a poco.

Cuando me case con Ares, tomamos la decisión de que me quedaría con los chicos en casa y el trabajaría. Siendo un hombre sumamente tradicional, Ares, siente que su deber es trabajar hasta morir exhausto del cansancio para que yo me quede en casa con los chiquitos. Pensé que sería fácil acoplarme a tal itinerario, pero la realidad es que, no solo contamos con un solo ingreso -que depende completamente de su negocio- pero se me ha hecho cuesta arriba el estar en mi casa día y noche cambiando pañales y cantando canciones de Plaza Sésamo. De veras, siento que me falta algo, que tras tanta educación y tanto esfuerzo, no le entrego a mi familia lo mejor de mi. Me ahogo en tanta deuda y tanto aburrimiento.

Buscando el punto medio, ayer acepté una oferta de trabajo en una firma de arquitectos. Desde entonces, la cabeza me da vueltas pensando que regresar
é al campo que juré no regresaría. Sé lo que me espera: días trazando líneas de colores en una pantalla negra, políticas de oficina, tapones infernales a diario, etc. Pero, ese es el precio a pagar por nuestro bien financiero y por la necesidad que siento de tener algo completamente mío, para mis hijos y mi familia. Y no hablo del carro en mi marquesina, ni de la casa que acabamos de comprar. No, nada de esto me llena, aunque ese fruto táctil sirve de empuje de vez en cuando. Lo que busco ahora es lo que encontré en aquella época post-divorcio: la felicidad de saber que puedo contar conmigo para todo en la vida. Esta vez, no solo por mi, pero por el bien de mis hijos y mi marido.

Es como Deja vú, sin darle de baja al marido, sin quedarme sin techo, ni devolver mi carruaje. Empiezo a trabajar el lunes.

Saturday, March 10, 2007

El que se ahoga es porque quiere


Según las últimas estadísticas, la tasa de divorcio en Estados Unidos ha incrementado al 60%. En palabras más sencillas: de cada 10 parejas que conozco, 6 terminarán en la corte destruyendo lo que, con tanto amor y esfuerzo, han construído. Quedo al borde de mi asiento en total ansiedad pensando a quien le tocará vivir semejante pesadilla antes de abrir el champán para despedir el 2007.

Quien ha navegado por esos mares sabe que la realidad del divorcio en nada se asemeja a lo que proponen las películas, con sus situaciones idílicas de exes compartiendo plenamente en una barra, Martini en mano, charlando sobre noches de sexo y sudor entre las sabanas de sus nuevas conquistas. Hijos alegres, compartiendo en familia con padres y padrastros. Quien ha tenido que aferrarse a ese barquito de papel -sin salvavidas ni remos- para no ahogarse en el oleaje de esa tempestad sabe que, no importa donde termine naufragando, para poder enfrentar tal caos hay que tener un plan firme. Si se es victima del adulterio, entonces ese mar se enfrenta una sola vez, con valentía. De esa experiencia se aprende y nunca se regresa. Ahora, y no por ser vengativa, entiendo que de ser uno quien provoca tal caos, las consecuencias por venir son, en la mayoría de los casos, bien merecidas.

Hace un mes, alguien más echo a alta mar. Sin pensarlo dos veces ni preparar un plan de contingencia, montó su barquito y se echó a la deriva. Así, un día como cualquier otro, montó a su hija de 3 años en su auto y regresó a Dallas, a vivir en casa de su padre, lejos de su hijo y su esposo. Su marea es alta, pero serán sus niños quienes tendrán que ser salvados del naufragio por venir. Ares y yo nos encontramos ahora en medio de una tempestad impuesta por su prima quien, por estar envuelta en amoríos con su jefe, ha abandonado a su familia, y quien, en un abrir y cerrar de ojos, podría perderlo todo. Mientras ella se ama con un hombre que abusa de sus hijos, su ex marido continúa buscando desesperadamente la forma de salvar lo poco que queda de su matrimonio, sin darse cuenta de que ese barco ya había salido del puerto meses antes de la despedida formal.

Ahora ella busca ayuda nuestra. La corte estipula que ella ha de ver a su hijo, quien reside con su padre en Houston, una vez al mes. Para poder hacerlo, tendré que acompañarla yo a buscarlo y tendré que darles refugio en mi hogar a ella y a sus dos críos por el fin de semana completo. Quien conoce mi vida sabe que no existe el tiempo para esto. Me niego rotundamente a hacerlo. Me niego porque, al no conocer bien al ex marido, temo por la seguridad de mi familia. Me niego por mi seguridad. Me niego porque nunca me preguntó si yo quería velas en ese entierro. Me niego, y no por malicia ni vagancia, porque no es mi problema para resolver. Intenté en muchas ocasiones explicarle lo delicado del proceso. Inclusive, durante uno de sus ya muchos viajes a Houston para asistir a corte, le sugerí visitara a su hijo a quien no veía hacía semanas. Sin embargo, ella decidió que era más importante retornar al regazo de su amante, quien la esperaba en la habitación de hotel que compartieron juntos la noche anterior. Entonces ahora, por hacer caso omiso a lo correcto, ¿por qué ha de tocarme a mí el cargar con el peso su vida?

Aun así, me siento culpable de no apoyarla. ¿Ustedes, que piensan?

Thursday, February 15, 2007

Las vacas, sus peos y el ambiente


Picture courtesy of Flikr.com

Hace un tiempo, Kahlua publicó un post muy interesante sobre el calentamiento global. Muchos de los que tomamos el tiempo para dejar comentarios, coincidimos de que es un problema sumamente serio con el que se debe lidiar inmediatamente. Comenté entonces que, la situación se presenta tan crítica, que "tengo miedo hasta de tirarme un peo". En ese entonces, mi intención fue darle un tono cómico a algo que realmente me asusta. Es mi forma de prevenir los ataques de pánico y ansiedad que me causa todo esto. De todas formas, el chistecito vino a darme una nalgá cuando, buscando más información sobre el tema, encontré la siguente pieza:

Ethanol plants powered by cow gas, trash catching on
By NATE JENKINS
Free New Mexican
January 22, 2007

MEAD, Neb. (AP) - Ranchers have long been fond of saying cattle manure smells like money. Now, folks in the business of making ethanol are smelling dollars too: in the methane gas emitted by manure at large cattle feedlots and dairies.

El reportaje continua aquí...


Entiendo entonces que, de no funcionar esta alternativa tan innovadora, siempre podemos recurrir a esto.

Wednesday, February 14, 2007

A Cupido que se ande listo...


Treinta y un años de vida y, el que sea testigo de la crísis que la simple mención del día de San Valentín provoca en mí, pensará que solo tengo trece. Mas está de mencionar que mañana se presentará y me cogerá en la puta pelota, con las manos atadas, y sin poderme tapar lo vergonzoso. En términos más sencillos: no compré nada para Ares.

Se me cae la cara de vergüenza, y para alguien que no la tiene, esto en un suceso casi milagroso. No tengo excusa, punto. Sin embargo, la necesidad de justificar mi falta me lleva a intentar lo imposible:

  1. Se me olvidó. Honesta pero, considerando que las decoraciones de San Valentín andan plasmadas en todos lados desde el 26 de diciembre, no tendré argumento valido.
  2. No tuve tiempo. En otras palabras: lo dejé para después con la esperanza de que el mañana me rindiera el tiempo que no tuve hoy para hacer lo que debí de haber hecho ayer.
  3. El día de San Valentín no es real, sino un día pagano del que no debemos ser partícipes. Esa me hubiese salvado si el conocimiento de Ares sobre temas de esta índole fuese tan básica como la mía, que tilda casi de ignorante.
  4. Quiero apoyarte, así que cero chocolates para no descarrilar tu dieta. Considerando que Ares se come hasta lo que -a sabiendas- no le gusta, esta me la tendré que comer yo. Además, mi primo trabaja para Hershey’s, así que en casa SIEMPRE hay chocolate.
  5. No quise ser partícipe de la deforestación global, así que no te compré tarjeta ¡Sea la madre de las tarjetas virtuales!

La realidad es que, entre la compra de la casa, la mudanza pautada para el lunes, el negocio, los niños, las tareas del hogar, y las novelas que todos a mi alrededor parecen estar viviendo (y de las cuales me hacen partícipe), no tengo las más puta idea del día en que vivo. Lo más triste del caso es que, el lunes pasado, Ares llegó a la casa con una fresa cubierta en chocolate como regalo de San Valentín. Me explicó que me regalaba la fresa entonces por si el miércoles no le rendía el tiempo para llevarme a cenar, ya que su agenda de trabajo no le permitirá ni un respiro mañana, además de que yo pasaré la mayor parte del dia limpiando la monstruosidad de casa que acabamos de comprar. Me lo imagino, como ratoncito en jaula, dando vueltas en el supermercado: "¿Bizcocho? No. ¿Chocolates? No. ¿Vino? No. ¿Tarjetas? No." Busca que busca, en una crisis casi de vida o muerte, intentándo encontrar algo, cualquier cosa que lo redimiera de la situación desesperada en la que se encontraba. De momento -¡eureka!- su bombilla cerebral prendida instantáneamente al pasar por el display de fresas: “¡Ajá! ¿Que lindo gesto de mi parte, verdad? Pequeño pero genial ¿Se dará cuenta Lyllia de mi plan maquiavélico para salir de un compromiso impuesto?” No importa como se desenvuelva tal escena en mi mente, la realidad de la situación es que Ares planificó algo. Y ese algo es más de lo que yo le presentaré mañana.

Me pregunto si mañana notará Ares como flota Cupido, su pañal embarrado de vergüenza, sus cachetes rojos, apuntándole al corazón con su flecha partida. Entonces, para su disfrute, su plan funcionará. En cambio, quedaré yo en total decepción ante la falta del detalle que no presentaré. Ese despliegue concreto, comprado, inspiración tangible de otra mente, de otro corazón; representación táctil de lo infinito de mi amor por él. En todo caso, ya es demasiado tarde para mí. Aquí estoy, con las manos completamente vacías, a las 11:56 en la noche, víspera del único día que los otros 364 del año nos permiten para dedicar al amor públicamente.

En cuatro minutos, el mundo comenzará su baño en chocolate, amantes jóvenes aspiraran el helio de las bombas que intercambiaron y, entre risas pendejas, se dedicarán canciones de reggaetón que bajaron del Internet –ilegalmente- la noche anterior. Hallmark verá su margen de ventas volar como puta en viaje de ácido. Las floristerías no darán abasto vendiendo rosas rojas que, en días previos, vendían a una cuarta parte del precio que cobrarán hoy. Los más fanáticos se vestirán de rojo a pesar de que el color acentúa sus arrugas y de que así comprometen su posición política:”Que todo sea en nombre del amor”, se les escucha murmurar mientras planchan la camisa. Las oficinistas esperarán flores de sus amantes, enviadas como inversión en efectivo para la sesión de sexo que esperan devengar en la noche: “Seguramente, la caja de chocolates en forma de corazón la ablandará y hasta me deje grabar la chichada con la cámara de video.”, se repiten a si mismos mientras la caja registradora marca $14.99 cargado a su tarjeta Visa. Diamantes ensortijados –redondos, cuadrados, grandes, diminutos- flotarán de mano en mano, y con cada propuesta, una pareja añade su nombre al cliché de los que se comprometen en un día tan cargado de expectativas soeces. Si es amor lo que buscamos, entonces ¿por qué valorarlo con la fragilidad de un solo día, flores ya muertas, chocolates empalagosos y mensajes comprados?

Mañana al despertar, como todos lo días, me voltearé entre risas, le presentaré a Ares mis manos vacías, le acordaré que -en mi vida- el es mi tiempo, le regalaré el más dulce de los besos, le dedicaré un poema escrito en mi corazón y le demostraré que Cupido lo tenía todo fríamente calculado.

Thursday, February 08, 2007

Payaseando...


Me he dado cuenta de que, desde que estoy con Ares, mi nivel de madurez ha bajado considerablemente. No es que esté apuntando el dedo en su dirección para justificar mi aparente demencia, pero sí tengo que decir que por culpa de su actitud libre y picara, la niña traviesa que habita en mí ahora posee libre albedrío. No tengo ya cuenta de cuantas maldades y travesuras le he hecho a mi marido, pero aquí van algunas:

Le pinté las uñas de las manos –y los pies- de rosa fluorescente. Tras una noche de jelengue, Ares llegó a casa completamente borracho. Tan borracho que se enfermó, algo sumamente raro porque ese chinito se puede beber el Nilo y permanecer completamente operacional. Yo, aprovechándome de su estado, me tomé la libertad de pintarle las uñas sin darme cuenta de que no tenìa acetona. Al día siguiente tuvo que ir a la farmacia, con todo y sus uñas color de rosa, a comprar acetona. Me cuenta que la cajera lo miró de reojo, a lo que Ares reaccionó con: "Ay, es que me equivoqué de color."

Le hice gritar como una niñita de escuela primaria. Una vez, en conversación, discutíamos sobre los hábitos del hombre latino, especialmente de los que se consideran los ‘más macho’. Le contaba a Ares que nunca me había atraído ese tipo de hombre, a lo que me contestó: "De que estas hablando, si yo soy un hombre macho? Bien macho. Increíblemente macho. Tan macho que la testosterona se me sale por los poros". Dejé ir el tema. Horas mas tarde, sabiendo que las cucarachas lo aterran y en una actuación que hace de Meryl Streep una ‘amateur’, apunté horrorizada a sus pies y chillé: “¡¡¡Cucaracha, cucaracha, tienes una cucaracha en el pantalón!!!!!” Ares, con terror, brincó dos pies del suelo, gritó, y salió corriendo como puta en medio de una redada. Entre risas le cuestioné: “¿Macho, eh?”

Me burlé de sus avances sexuales. Hace un mes, Ares salió del baño completamente desnudo. Acercándose a mi, que ya estaba acurrucadita en la cama, y meneando la colita me dice: “Chequéate a este Chinky sexy. Yo se que me deseas.” No tuve más remedio que tragarme las carcajadas. Le propuse que, como hacía tiempo que no ponía mi talento artístico en práctica, me dejara dibujarlo desnudo. Entendiendo que esto sería una forma innovadora de ‘foreplay’, accedió a mi propuesta. Al cabo de casi una hora en posiciones absurdas e incómodas, y entre regaños cada vez que se movía, decidí finalmente terminar mi ‘obra’. La firmé, la titulé y se la presenté. En el papel un dibujo de su sexo, envuelto en una capa de superhéroe volador titulado: ‘Jorgito Batata y sus nueces mágicas’.


Mi pobre Ares, es tan noble que no se desquita... todavia.

Thursday, January 18, 2007

Spanglish, please!


Ares esta intentando aprender a hablar español. Me he dado cuenta de que su acento es lindísimo, que pronuncia las ‘r’ con fuerza y determinación, y que entiende aun más de lo que me había dejado saber en el tiempo que llevamos juntos. Le sugerí que escuchara música en español para que fuera comprendiendo la pronunciación del idioma y adquiriera vocabulario. Sin embargo, hace dos noches atrás, me di cuenta de que quizás su selección de música en español no es la mejor para adquirir vocabulario:

L: Buenas noches, mi amor.

A: Te amo, chicharrón.

L: Did you just call me ‘pork rind’? (¿Me acabas de llamar chicharron?)

A: Huh? No, no, no…Chicharron!

L: What?! Ok, en ingles, por favor.

A: I want to get my ‘chichar’ on…

Tuesday, January 02, 2007

Cosas verdaderamente sorprendentes...


En el 2006, aprendí que las personas somos como cajas de Pandora… hay mucho en cada uno de nosotros que nadie conoce, y en ocasiones hay cosas que deberían quedar escondidas, dobladitas en el fondo de la caja. No es que me tomó 31 años aprender esta lección, pero el año pasado me trajo muestras tangibles del poder del ser humano en su capacidad para lograr los gestos más hermosos, y las acciones más viles jamás imaginables. Me sorprenden muy pocas cosas ya, y pienso que por tal razón, las siguientes siendo tan impredecibles, me dejaron en shock.

Hace unas semanas, y durante una cena con mi mejor amiga, me confesó que su padre abusó de ella sexualmente desde que era apenas una niñita hasta sus doce años. Como si fuese poco la carga emocional de saber que quien te ama también tiene el poder de herirte, el don le confesaba que se sumergía cada noche en una guerra interior, cuando al dejar a su esposa sola en la cama, caminaba hasta la habitación de mi amiga y se agarraba de la perilla de la puerta con el deseo mas infernal de entrar a violarla. Su madre, sin dejar la comodidad de su cama, se envolvía en rezos, mientras su padre despojaba su maldad en su hija. No supe que decir, pero gracias a Dios, tuve la lucidez de no desbordar el mar de sentimientos que me ahogaron en ese momento. Nunca había sentido tanto odio hacia otro ser humano.

Ares y yo tenemos un amigo que, a sus 32 años y más de 300 libras, solo muestra deseo por mujeres que darían a las supermodelos causa para envidia. Como es de imaginarse, Kel no ha tenido una mujer desde que Cristóbal Colón llego a América. Le cuenta Kel a Ares que tiene una nueva chica y que solo anda con ella porque ésta lleva tiempo demostrando interés por el. No tiene el más mínimo deseo de tener alguna relación con esta chica porque- a sus 200+ libras e independientemente de su valor como persona- ella no es su “chica ideal.” Como si esto fuese poco, y para añadirle leña al fuego ridículo que es la vida de Kel, el tipo lleva años cargando consigo la idea de que, para permanecer virgen y aun disfrutar de los placeres carnales, solo es aceptable tener sexo anal. Se podrán imaginar la experiencia de la última chica que tuvo cuando intentó entrar por la puerta de atrás sin tocar primero. Me incita a pensar que el tipo es maricón y no se ha atrevido a divulgar su sexualidad. No que esto deba de importarle a nadie, pero me imagino lo feliz que sería Kel de poder vivir su vida sin miedo a ser su propia persona… y dándole chino a quien de veras se lo agradecerá.

Solo espero que en el 2007, todos encontremos paz interior, independientemente de las situaciones -auto impuestas o no- en que nos encontremos. Que el mundo busque contestacion a sus preguntas sin tener que recurrir a la violencia... que sean mas los gestos hermosos, que los actos viles. Mas que nada, que todos encontremos resolucion a aquello que nos provoca desanimo y tristeza.

FELICIDADES EN EL 2007!!!